NEWS Trump ha cruzado ampliamente la línea del ‘impeachment”

Experto en energía. Durante dos décadas fue el envi­ado espe­cial para la cien­cia del Depar­ta­mento de Estado de EE UU, pero ante la nueva Admin­is­tración este cat­e­drático pre­sentó una son­ada dimisión

PABLO XIMÉNEZ DE SANDOVAL

Screen Shot 2017-12-28 at 9.44.21 PM

El pro­fe­sor Daniel Kam­men ha ejer­cido durante dos décadas en un puesto no remu­ner­ado lla­mado Envi­ado Espe­cial para la Cien­cia del Depar­ta­mento de Estado de EE UU. El pasado 23 de agosto comu­nicó su dimisión por carta al pres­i­dente Don­ald Trump. La carta tuvo cierto impacto porque, tomando la primera letra de cada uno de sus siete pár­rafos, se podía leer “IMPEACH” (des­ti­tu­ción). Se trataba de un movimiento abrup­ta­mente político para un cien­tí­fico, autor de var­ios informes del Panel Inter­gu­ber­na­men­tal sobre el Cam­bio Climático, que ganó el Pre­mio Nobel y es uno de los may­ores exper­tos de EE UU sobre energías renovables.

Kam­men se sentó con EL PAÍS cerca de la Uni­ver­si­dad de Cal­i­for­nia en Berke­ley, donde es pro­fe­sor de energía y políti­cas públi­cas. El relato de sus razones viene a ser una descrip­ción de lo que está ocur­riendo en el Gob­ierno de Esta­dos Unidos desde enero. Dice que hubo dos cosas que le hicieron perder defin­i­ti­va­mente la fe en el pres­i­dente. “La posi­ción de Trump de salir del Acuerdo de París fue impor­tante para mí. Cometió un error. Tenía que haber escuchado a Rex Tiller­son, que acon­se­jaba quedarse. El argu­mento de que habrá un acuerdo mejor no tiene sen­tido. El acuerdo fue redac­tado por EE UU. Es una decisión política”. Sin embargo, Kam­men no dim­i­tió inmedi­ata­mente. Su tra­bajo para el Depar­ta­mento de Estado con­siste en crear aso­cia­ciones para el desar­rollo de energías limpias en el extran­jero con tec­nología norteam­er­i­cana, y de alguna forma eso iba por otro lado.

“Entonces pasó lo de Char­lottesville”, explica. Un grupo de neon­azis se man­i­festó en esa ciu­dad en agosto y se desató la vio­len­cia. “Los comen­tar­ios de Trump no tenían sen­tido, legit­imaba a los neon­azis. Pero más allá de eso, muchos gob­er­nantes han defen­dido que la democ­ra­cia de EE UU no acaba en sus fron­teras. La forma en la que tratas a los inmi­grantes, a los musul­manes, los vetos migra­to­rios…, las inter­ac­ciones que ten­emos en el extran­jero se ven muy afec­tadas por cómo trata­mos a los inmigrantes”.

El tra­bajo de Kam­men se cen­traba sobre todo en fomen­tar las energías limpias en África. Decidió que no podía seguir en la Admin­is­tración. “Puedes pen­sar que puedes quedarte y hacer un buen tra­bajo aunque no estés de acuerdo con el pres­i­dente. Yo no estaba de acuerdo con Bush, pero podía hacer mi tra­bajo sobre cam­bio climático. Pero Trump ha elim­i­nado gran parte del Depar­ta­mento de Estado. No hay plan­tilla. Hay un sec­re­tario de Estado y algunos asesores, pero no sub­sec­re­tar­ios, ni sec­re­tar­ios adjun­tos. De los cerca de 100 puestos des­ig­na­dos, la may­oría están vacíos”. Para hacer algo, afirma, hay que hablar con Tiller­son en per­sona. El Depar­ta­mento de Estado es total­mente ine­fi­ciente. “Era el momento de irme”.

Si eres un político con­ser­vador del sur y ves los hura­canes de este año, estás viendo una rep­re­sentación de lo que te advirtieron los científicos

Una sem­ana después de que dim­i­tiera, Tiller­son can­celó todos los puestos como el suyo de envi­a­dos espe­ciales. “Creo que esta­mos teniendo una con­ver­sación sin ten­erla. Emba­jadores con quienes he tra­ba­jado me han dicho que he hecho lo cor­recto. El primer día recibí como 25.000 e-​​mails, el 80% pos­i­tivos. De los neg­a­tivos, si quitas los insul­tos, lo más común es que dijeran ‘un lib­eral menos cobrando del Gob­ierno’. Es de risa, porque el puesto no era remunerado”.

Kam­men explica el acrós­tico de su carta de dimisión apelando a una razón muy conc­reta: “Yo no tenía un cargo electo, no soy senador ni con­gre­sista, y mi defini­ción de qué es come­ter un delito con­tra el país es dis­tinta a la suya. Creo que si el pres­i­dente está poniendo sus intere­ses por delante del país, debería ser des­ti­tu­ido. Y creo que Trump ha cruzado esa línea ampli­a­mente. Si se ponen los intere­ses de un ciu­dadano por delante de los del Estado, aunque éste sea muy rico, debería ser des­ti­tu­ido. Sin más. Incluso si eres de dere­chas, si eres un ais­la­cionista, debes poner el interés nacional, tu defini­ción de lo que esto es, por delante”.

Hay una frase de Eisen­hower muy impor­tante”, con­tinúa Kam­men: “La gente que otorga más valor a sus priv­i­le­gios que a sus prin­ci­p­ios acaba per­di­endo ambos”. Kam­men la incluyó en su carta. Curiosa­mente, el pro­pio Trump la tuiteó hace años. “Creo que todo parece apun­tar en con­tra del impeach­ment”, reconoce, “pero deberíamos mover­nos hacia eso”.

Esta­mos tomando un té orgánico en Berke­ley rodea­dos de estu­di­antes. Este cam­pus es el epí­tome de la bur­buja pro­gre­sista, cuyas críti­cas le res­balan al pres­i­dente y a sus seguidores. “Puede que esto sea una bur­buja. Pero paso la mitad del año fuera del país. No hay bur­buja pro­gre­sista en los arra­bales de Nairobi, o en Johan­nes­burgo, o en los sitios donde hago mis proyec­tos. Me siento con empre­sar­ios norteam­er­i­canos, emba­jadores, cámaras de com­er­cio, y ellos sue­len pertenecer a gru­pos muy conservadores”.

Aban­donar el Acuerdo de París porque habrá otro mejor no tiene sen­tido. Ese fue redac­tado por EE UU. Salirse fue una decisión política

En cuanto a las políti­cas de cam­bio climático, es tarde para que Trump pueda opon­erse, explica. “Todos los países lo han asum­ido. El Gob­er­nador de Cal­i­for­nia, Jerry Brown; el pres­i­dente Macron, la can­ciller Merkel…, ellos son los líderes ahora mismo. Trump se ha quedado al mar­gen y lo que hace daña a un solo grupo: a las empre­sas de EE UU. Es el único grupo que está sufriendo. A los chi­nos les encanta. China ha inver­tido 360.000 mil­lones en proyec­tos de energía limpia. Los europeos, encan­ta­dos. Méx­ico y Argentina han incre­men­tado su pro­duc­ción de energía limpia. Pero las empre­sas de EE UU que podían haber sido líderes en este campo y podían haber ven­dido más en el extran­jero no lo van a hacer”.

Kam­men ha renun­ci­ado a con­vencer a esta Admin­is­tración de la necesi­dad de com­batir el cam­bio climático. Igno­ran los datos porque quieren, afirma. Pero este año el país ha visto un número notable de desas­tres nat­u­rales, y quizá eso acabe ayu­dando a provo­car un vuelco en la opinión pública. “Es triste que sea así, pero creo que si eres un político con­ser­vador del sur y ves los efec­tos de Har­vey, Irma y María, estás viendo una rep­re­sentación muy conc­reta de lo que la may­oría de los cien­tí­fi­cos te advertían”, afirma Kam­men. “Esto es exac­ta­mente lo que esperábamos. Puedes creer­nos o no, pero no hay teorías alter­na­ti­vas. Todos pag­amos el coste de la inac­ción. Todos con­trata­mos seguros médi­cos para que nos cubran ante cosas que son mucho menos prob­a­bles que el cam­bio climático. Porque esos seguros no son para una revisión, sino por si pasa algo extremo. Y esto es lo que esta­mos viendo. Nece­si­ta­mos ese seguro”.

 

For the orig­i­nal arti­cle link, click here.

Browse News

Main Menu
RAEL Info

Energy & Resources Group
310 Barrows Hall
University of California
Berkeley, CA 94720-3050
Phone: (510) 642-1640
Fax: (510) 642-1085
Email: ergdeskb@berkeley.edu


Projects

  • Open the Main Menu
  • People at RAEL

  • Open the Main Menu